En estas fechas, como no, no podía dejar de hablar de la Navidad como un Arte. Porque sí, la Navidad es arte.
La Navidad no sólo son regalos, familia, amigos, polvorones... También es decoración: árbol de Navidad, el Belén, luces de colores, guirnaldas, bolitas de colores, Papá Noel, los típicos calcetines que suelen ponerse en la chimenea, en la escalera o colgada en la pared, muñecos de nieve, estrellas, la presentación de los regalos, nieve en las ventanas... E incluso para la cena de Navidad y Noche Vieja puede ser un arte dependiendo de como se presente la mesa.
Hay países donde se decoran las casas a lo grande no sólo en el interior, sino también en el exterior, como en Estados Unidos o en Nueva York, donde la ciudad se llena de color. Es bonito salir a la calle y ver ese decorado navideño, pues ya no sólo las personas hacen sentir ese ambiente, sino también el como se decora una ciudad o un pueblo. Salir y ver las luces, niños haciendo colas en la pequeña alfombra roja o verde para entregar sus cartas a Papá Noel o Reyes Magos, gente disfrutando de los grandes Belenes que con mucha paciencia, cariño y esfuerzo, han expuesto personas para compartir sus ilusiones, escaparates envueltos de Navidad, con nieve o bolitas de colores, grandes árboles expuestos en centros comerciales, gente con gorritos de Papá Noel... Y mucho de ello puede resultar marketing para atraer a la gente y comprar y comprar, pero a veces, o yo diría que siempre, la decoración alegra a uno. Es como sentir que vas a un mundo mágico; son días totalmente distintos al resto del año, y a menudo vale la pena decorar para darle ilusiones a aquellas personas que las necesitan o que simplemente las sienten. Eso sí, a veces decorar en exceso no es bueno. Hay que buscar un equilibrio, como en todo. ¡Ah! Y no hay que olvidar los mercadillos de Navidad y los puestos de algodón de azúcar, palomitas, manzanas dulces, etc, que aunque no sea exactamente una decoración, si es propio de la Navidad y le da un toque escencial para disfrutar de esos días y de las maravillas que encontramos. Sin los mercadillos navideños y sin los puestitos la Navidad no sería lo mismo. La Navidad es puro color, azul, dorado, rojo, verde.
No dejéis de olvidar que la Navidad es arte, y que por muy poca decoración que halla, siempre es un regalo para los ojos y una ilusión para todos.
P.D.: Feliz Navidad y Feliz 2014 héroes y heroínas.
La Navidad no sólo son regalos, familia, amigos, polvorones... También es decoración: árbol de Navidad, el Belén, luces de colores, guirnaldas, bolitas de colores, Papá Noel, los típicos calcetines que suelen ponerse en la chimenea, en la escalera o colgada en la pared, muñecos de nieve, estrellas, la presentación de los regalos, nieve en las ventanas... E incluso para la cena de Navidad y Noche Vieja puede ser un arte dependiendo de como se presente la mesa.
Hay países donde se decoran las casas a lo grande no sólo en el interior, sino también en el exterior, como en Estados Unidos o en Nueva York, donde la ciudad se llena de color. Es bonito salir a la calle y ver ese decorado navideño, pues ya no sólo las personas hacen sentir ese ambiente, sino también el como se decora una ciudad o un pueblo. Salir y ver las luces, niños haciendo colas en la pequeña alfombra roja o verde para entregar sus cartas a Papá Noel o Reyes Magos, gente disfrutando de los grandes Belenes que con mucha paciencia, cariño y esfuerzo, han expuesto personas para compartir sus ilusiones, escaparates envueltos de Navidad, con nieve o bolitas de colores, grandes árboles expuestos en centros comerciales, gente con gorritos de Papá Noel... Y mucho de ello puede resultar marketing para atraer a la gente y comprar y comprar, pero a veces, o yo diría que siempre, la decoración alegra a uno. Es como sentir que vas a un mundo mágico; son días totalmente distintos al resto del año, y a menudo vale la pena decorar para darle ilusiones a aquellas personas que las necesitan o que simplemente las sienten. Eso sí, a veces decorar en exceso no es bueno. Hay que buscar un equilibrio, como en todo. ¡Ah! Y no hay que olvidar los mercadillos de Navidad y los puestos de algodón de azúcar, palomitas, manzanas dulces, etc, que aunque no sea exactamente una decoración, si es propio de la Navidad y le da un toque escencial para disfrutar de esos días y de las maravillas que encontramos. Sin los mercadillos navideños y sin los puestitos la Navidad no sería lo mismo. La Navidad es puro color, azul, dorado, rojo, verde.
No dejéis de olvidar que la Navidad es arte, y que por muy poca decoración que halla, siempre es un regalo para los ojos y una ilusión para todos.
P.D.: Feliz Navidad y Feliz 2014 héroes y heroínas.