Un sabio dijo un día que no es necesario sonreír para estar feliz, yo digo que ese tipo de sabios lo único a lo que están acostumbrados es a mentirse a sí mismos, en estos micro-relatos les enseñaré que tan sencillo es sonreír, y que difícil es estar triste en momentos en los que uno debe tener la moral más alta.
-"¿Que tal estás?"- ¿Porque siempre respondemos, o al menos el noventa por ciento de las veces, la mayor parte de la gente que estamos bien?, ¿a caso no es más fácil decir la verdad y enorgullecerte de que lo haces?, ¿o simplemente es que tienes miedo a decir tu estado de animo a la gente por miedo a parecer débil?.
A menudo suele pasar en innumerables ocasiones, que sin querer y por inercia ya, respondemos que estamos bien, y unos pocos segundos más tarde te preguntas a ti mismo, y al ver que te has mentido, te entra una sensación de vacío en la boca del estómago, o se te anuda la garganta, o simplemente te tiembla la voz si la persona que te pregunta intenta indagar si es cierto o no lo que dices.
A caso no es mas fácil decir que estás mal, volverte vulnerable ante la persona que tienes delante, y que en cuestión de segundos, o incluso menos, te darás cuenta de que esa persona te ha provocado una sonrisa sincera en la que ves reflejado el fruto de la sinceridad, e incluso si en el caso de que esa persona ni se inmute de que estas mal sentimentalmente, o simplemente le importa una mierda, te dices a ti mismo que en realidad no es tan malo, que no es malo afrontar los problemas, los estados de animo, o las propias desgracias y los hechos equívocos con una gran e iluminada sonrisa, que a pesar de lo grande que son esos problemas, un simple gesto, alumbra tal oscuridad.
Piensa en todas esas personas que se mienten tanto a si mismos, piensa que esas personas no pueden ayudara otras a sonreír, básicamente porque no comprenden lo importante y grande que es esa acción, ya que les resulta o difícil o imposible de realizar. Preferiría saber que esas personas hacen lo que pueden por ser felices, pero desgraciadamente se rinden fácilmente.
Te propongo que un día, da igual el momento, la persona o lo grande que parezca un problema, intenta asumirlo, ya sea propio o ajeno, eso sí, con una gran sonrisa. Momentos como los que protagonizarás tales que con un gesto o dos simples palabras, o un mero acto de presencia entre un conjunto de personas, haga que todas sonrían, sonrían porque te ven hacerlo tan fácil que llenas corazones de esperanza, llenas sus momentos de alegría, te sientes dichoso porque te echan de menos cuando no están, creas millones de situaciones involuntariamente a causa de contraatacar situaciones incómodas, violentas, tristes y todas esas palabras que la verdad... A alguien como a mi, hace muchos años, no me salen, palabras que día a día y poco a poco, espero que tampoco te salgan a ti, y que sea yo mismo a quien provoques ese gesto tan simple en el rostro y tan grande en el mundo.