Queridos héroes y heroínas, con motivo de la sección “Desmantelando a Barbie y a Ken” que estamos tratando en este mes de Noviembre, el post de hoy pretende elaborar una crítica a algunos de los estereotipos más comunes frente a los que se encuentra la mujer en la sociedad actual.
Hasta hace no mucho tiempo, el hombre y la mujer representaban dos roles totalmente contrarios y diferenciados entre sí. Por un lado, estaba la mujer, ama de casa, a cargo del cuidado de los niños y los mayores (ancianos), y dispuesta a saciar las necesidades del hombre. Este, por el contrario, era el encargado de trabajar y mantener a la familia. Aunque, esto ha ido cambiando con el paso del tiempo, de tal forma que las tareas están mejor repartidas entre ambos sexos.
Sin embargo, aún en la actualidad nos encontramos con pequeños brotes cargados de estereotipos sexistas, discriminatorios,… Y casi de manera inconsciente los aceptamos e integramos en nuestras vidas.
Sin ir más lejos, mencionaré un libro publicado recientemente y que ha causado un gran revuelo, sobre todo, entre las féminas: “50 sombras de Grey”. ¿La historia de amor del momento?. El protagonista, Grey, es un hombre eminentemente rico, guapo, exitoso, capaz de tener a cualquier mujer, seguro de si mismo,… Por otro lado está Anastacia, una joven estudiante insegura, con baja autoestima y que rápidamente se enamora de él, pese a que cree no ser lo suficiente. Así, se forja una relación en la que ella llega a cumplir todos los deseos sexuales sadomasoquistas que él quiere (incluyendo firmar un contrato entre ambos por el cual ella mantendrá todo eso en secreto). Es un amor muy idealizado en la que Anastacia, como mujer sumisa, acata las órdenes que él le ordena.
Sólo hace falta ver este video (incluido en la pagina web oficial de esta trilogía) para hacernos una idea:
Hasta hace no mucho tiempo, el hombre y la mujer representaban dos roles totalmente contrarios y diferenciados entre sí. Por un lado, estaba la mujer, ama de casa, a cargo del cuidado de los niños y los mayores (ancianos), y dispuesta a saciar las necesidades del hombre. Este, por el contrario, era el encargado de trabajar y mantener a la familia. Aunque, esto ha ido cambiando con el paso del tiempo, de tal forma que las tareas están mejor repartidas entre ambos sexos.
Sin embargo, aún en la actualidad nos encontramos con pequeños brotes cargados de estereotipos sexistas, discriminatorios,… Y casi de manera inconsciente los aceptamos e integramos en nuestras vidas.
Sin ir más lejos, mencionaré un libro publicado recientemente y que ha causado un gran revuelo, sobre todo, entre las féminas: “50 sombras de Grey”. ¿La historia de amor del momento?. El protagonista, Grey, es un hombre eminentemente rico, guapo, exitoso, capaz de tener a cualquier mujer, seguro de si mismo,… Por otro lado está Anastacia, una joven estudiante insegura, con baja autoestima y que rápidamente se enamora de él, pese a que cree no ser lo suficiente. Así, se forja una relación en la que ella llega a cumplir todos los deseos sexuales sadomasoquistas que él quiere (incluyendo firmar un contrato entre ambos por el cual ella mantendrá todo eso en secreto). Es un amor muy idealizado en la que Anastacia, como mujer sumisa, acata las órdenes que él le ordena.
Sólo hace falta ver este video (incluido en la pagina web oficial de esta trilogía) para hacernos una idea:
Además, hace solo unos días se publicaron los resultados de unas encuestas realizadas a jóvenes cuyos resultados llaman mucho la atención:
El 73’3% de los jóvenes españoles (entre 13 y 19 años) han recibido alguna vez de un adulto el mensaje de que “los celos son una expresión de amor”.
El 80% de los adolescente cree que, en una relación de pareja, la chica debe complacer a su pareja.
¿A qué quiero llegar con todo esto? Fácil. Lo que quiero resaltar es que vivimos en una sociedad en la que continuamente nos bombardean con estereotipos sexistas, con cánones de belleza inalcanzables y con ideas totalmente idealizadas de lo que es el amor.
La mujer debe satisfacer sus propios apetitos sexuales y no someterse a ningún tipo de vejación o humillación de nadie, debe sentirse feliz con su cuerpo (sin medidas de 90-60-90 a las que llegar), quererse, respetarse y amarse a si misma. Un amor de verdad empieza por quererse a una mismo, seguido por la idea de aceptar que no existen príncipes azules ni princesas. Que el amor no es un camino de rosas ni de espinas. Que toda relación debe basarse en el respeto mutuo para crear relaciones sanas y puras. Y que en el amor no hay posesión tal como “eres mía”.
Así que… ¡no nos dejemos embaucar por ello y luchemos como héroes y heroínas que somos!
El 73’3% de los jóvenes españoles (entre 13 y 19 años) han recibido alguna vez de un adulto el mensaje de que “los celos son una expresión de amor”.
El 80% de los adolescente cree que, en una relación de pareja, la chica debe complacer a su pareja.
¿A qué quiero llegar con todo esto? Fácil. Lo que quiero resaltar es que vivimos en una sociedad en la que continuamente nos bombardean con estereotipos sexistas, con cánones de belleza inalcanzables y con ideas totalmente idealizadas de lo que es el amor.
La mujer debe satisfacer sus propios apetitos sexuales y no someterse a ningún tipo de vejación o humillación de nadie, debe sentirse feliz con su cuerpo (sin medidas de 90-60-90 a las que llegar), quererse, respetarse y amarse a si misma. Un amor de verdad empieza por quererse a una mismo, seguido por la idea de aceptar que no existen príncipes azules ni princesas. Que el amor no es un camino de rosas ni de espinas. Que toda relación debe basarse en el respeto mutuo para crear relaciones sanas y puras. Y que en el amor no hay posesión tal como “eres mía”.
Así que… ¡no nos dejemos embaucar por ello y luchemos como héroes y heroínas que somos!